Mi embarazo y mi parto me provocaron una distensión abdominal que acabó en una hernia umbilical que tuvieron que operarme. Sabía que tenía que fortalecer el abdomen pero cualquier actividad que hacía me daba cuenta que acababa con presión en el abdomen, y me producía dolor en la zona del ombligo e incluso pérdidas de orina.

Mi fisio y osteópata me habló de Jana y sus clases de hipopresivos. Hace tres meses que voy dos días a la semana y ya he mejorado notablemente. Noto mi zona abdominal más dura, ha dejado de dolerme la zona del ombligo y los escapes de orina al estornudar se han reducido sensiblemente. Las clases son muy dinámicas y Jana incorpora distintas herramientas que las hace siempre novedosas: balón grande, rodillo, gomas elásticas, brick de yoga, cojín de equilibrio... Además, está súper atenta en la corrección de la postura. Mi experiencia está siendo fantástica.  

Mi estado físico y psíquico a mejorado notablemente con la combinación de fisio, ejercicio bajo supervisión y Bemer. Aún tengo mucho camino pero el dolor a bajado en intensidad hasta el punto de poder realizar mis tareas diarias sin problema. Espero que con la constancia logré eliminar en casi su totalidad el dolor y seguir con mi vida consciente de mis limitaciones. 😉

Que difícil escribir esto sin explicar toda mi historia, voy a resumir….soy una mujer de 40 años, diagnosticada de Narcolepsia a los 14, hasta hace muy poco tiempo llevaba mi patología como una mochila sin ser muy consciente de que mi día a día, al ritmo que llevaba estaba perjudicando mi salud. En 2021 caí de baja por agotamiento crónico y depresión lo cual vino seguido de varios sucesos que no mejoraron la situación. Las noche cada día eran peores, los días eran eternos, el agotamiento no me dejaba hacer y el no hacer no me dejaba dormir….en fin, cosas de Narcolepticos. Ahora….lo que nos trae aquí es la terapia Bemer y os quiero contar mi experiencia. Comencé la terapia hace algo más de 4 meses, debo reconocer que no soy muy constante, hay muchos aspectos de la vida que afectan al sueño y cuando ya existe un problema de origen….en fin, la cuestión es que a pesar de esa falta de constancia y después de este tiempo mi descanso ha mejorado a pasos agigantados, mis despertares nocturnos se han reducido, mis siestas diurnas pueden ser más espaciadas y cortas y todo ello contribuye a un mejor ánimo y mayor energía, eso si, no quiero dejar de comentar que además de la terapia Bemer la actividad física me ha ayudado mucho, por eso la combinación entre ambas es lo más recomendable.  

Tengo 51 años y el verano pasado me diagnosticaron cáncer de mama en estadío IV con metástasis en el hueso. Tuvieron que ponerme una prótesis de cadera y estoy a tratamiento hormonal. Actualmente estoy recuperándome muy bien por mis cambios de hábitos, y mi búsqueda en terapias no invasivas, por eso llegó BEMER a mi vida. Estoy muy sorprendida de sus resultados, disminuyó el dolor y la inflamación en mis piernas ya no está, los tobillos dejaron de estar hinchado, y todo esto con la mínima intensidad. Tratarme con BEMER es un plus en mi vida que está facilitando mi  recuperación. Doy las Gracias por encontrarme con Jana e introducirme en este mundo, además de ser una persona que se desvive por la salud y el bienestar de los demás. Gracias Jana por tu humanidad y por presentarme la terapia BEMER.  

Como atleta profesional, mi cuerpo está sometido a un enorme estrés porque nado, monto en bicicleta y corro por más de 30 horas cada semana. Una regeneración de calidad es la única forma de mantener este estilo de vida sin que mi sistema inmunológico se desplome. Mi BEMER es una herramienta fundamental en mi protocolo de regeneración: aumenta temporalmente el riego sanguíneo local para ayudar a reparar los daños musculares del entrenamiento. Me lo llevo allá donde voy».  

Desde que uso BEMER, he notado que estoy menos estresado y me siento más relajado y cómodo a lo largo del día.